Caminabas por las calles,
Del infierno y sin sentido. 
Bebías lluvia 
De un manantial  no compartido.
Amor mío, estabas debajo
De un puente suicida,
Te fugabas, dejabas tu cuerpo de un lado,
Tú alma insensata,
Un corazón destrozado.
De tu rostro,
Tus labios,
Se olvidaban 
La sonrisa de miel…
Veías llorar al sol
En una tarde torturada,
Que duele, 
Duele,
Yo te compartí mi vida…
Íbamos caminando con un sueño
Del olvido
Mis manos te curaron
Tú sonrisa enamoraba
Mis ojos tristes
Que miraban
El vaivén de tus labios…
Dejaste mis alas en los cielos
Y vuelvo a caer,
En un  foso, 
en tu insaciable piel,
Que ya no era sólo mía,
Amor,
De redes,
En llamas desangeladas…
Me dejaste  esperando
En el sitio de donde te saqué,
Con una tormenta de alcohol,
 Y un humo eterno 
De nuestros cigarrillos,
Que controlas en 
Otras religiones 
 De la piel…
Destrozaste hasta el último latido,
De ese músculo,
Se le secó la sangre,
A los palpitares que eran para ti…
Y eres cómo un éxtasis que duele
Tus labios a veces son míos
Y a veces no,
No debo vivir 
Sin medirte mi fe…
 
Dejarás de mí 
Tener el control,
En una gota algo salada
De una lágrimas enamorada
Te arrancaré
Con descontrol…
lunes, 24 de mayo de 2010
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